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Lo que menos hubiera deseado Lagan en ese momento era separarse de su
compañera, pero no pudo hacer nada por evitarlo, Rhona había despertado y era
prioritario que hablaran con ella. Jen se había ofrecido para estar con ella.
habían pasado dos días desde que todo el infierno se desato, y aunque Thomas
estaba muerto y la situación estaba relativamente tranquila y el desastre del
muro controlado. Lagan estaba en modo protector. Más aun por el peligro que
acechaba. No habían podido encontrar rastros de ese druida, razón de más para
hablar con Rhona.
Acompañado de los otros miembros del concejo. fueron guiados hacia el
edificio del aquelarre de las brujas. Lagan jamás había entrado ahí, y sería un
mentiroso si no admitiera que tenía curiosidad. Los cuentos humanos pintaban a
las brujas como seres horribles, sucias, oscuras… nada más lejano a la verdad.
El edificio estaba lleno de luz, plantas, alegría y paz. todos miraban su
alrededor con asombro.
—Sera mejor que no toques eso Odar, o la anciana Thara será capaz de
marchitar esas partes masculinas de las cuales estas tan orgulloso— Rhona los
sobresalto, no la habían escuchado acercarse. Demasiado tarde llego su
advertencia, la pieza de arte que Odar estaba a punto de tocar, resbalo. Se
hubiera quebrado en millones de partes si Fergus no hubiera sido rápido en
tomarlo.
—Fergus lo tiene en sus manos, que hagan lo que quieran con sus partes—
todos rodaron los ojos ante la afirmación de Odar. Él con su característico
humor se acercó a Rhona y sin importar las protestas de ella la abrazo y la beso.
—¡Deja de tocarme! Que se me hace que yo marchitare tus partes— Odar
movió las cejas sugestivamente.
—Eso sería una lástima, mejor te muestro que tan bueno soy utilizando lo
que tu sin contemplaciones quieres lastimar, si lo haces que sepas que estas
dañando al género femenino. Se privarían de mi encanto— Vika llego a su lado y
de dio un golpe en las costillas que hizo que a su amigo le faltara el aire.
Todos rieron. Una vez que Vika lo hizo a un lado, ella abrazo a Rhona.
—¡Estoy feliz de verte! —
—Es la epidemia del abrazo ¿o qué? — todos podían ver que Rhona en
realidad no estaba molesta. Por sobre la cabeza de Vika, su amiga los miró a
cada uno. Lagan, Kai y Fergus, definitivamente no eran de abrazos. Menos Lagan.
No ahora que tenía una pareja. No podía tolerar tocar a otra mujer.
—Yo te puedo besar si quieres— dijo Fergus.
—Intenta meter tu lengua en mi boca y no te doy garantías de que la
recuperes— todos volvieron a reír. Esto era muy bueno para romper la tensión.
Cuando al fin Rhona pudo despegar a Vika de su lado, los guio al salón. Era una
hermosa sala llena de luz y colores. Aunque los sillones eran demasiado
pequeños para ellos. Las brujas habían hecho sus muebles a medida. Lagan opto
por quedarse de pie, Kai a su lado. No quería verse tan incómodo como Odar y
Fergus estaban.
—Si no quieres hablar de esto ahora Rhona, nosotros lo comprendemos—
Dijo Lagan, no quería presionar a su amiga. Ella le sonrió amablemente.
—No sé quién es— dijo ella —Es un druida, sentí su llamado, me engaño—
ella miró sus manos —Al principio pensé que alguien de nuestro pueblo
necesitaba mi ayuda, cuando descubrí que el llamado provenía de fuera de las
salvaguardas ya era demasiado tarde— Rhona parecía avergonzada.
—Cielo, No podías adivinar las intenciones de ese druida— Vika la tomó
de la mano para consolarla.
—No te culpes Rhona, creo que ninguno de nosotros hubiera podido suponer
que un ser paranormal podría traicionarnos— Dijo Kai.
—Intente averiguar quién era y lo que deseaba… pero es muy fuerte— Rhona
dijo frustrada.
—¿Te hizo algún daño? — pregunto Lagan. Siempre lo más importante para
él, sería la salud de su gente. Rhona lo miró, aunque ella dijera lo contrario,
parecía triste, desorientada, preocupada… y se arriesgaría a decir que su amiga
tenía miedo.
—Doblego mi voluntad— La voz de Rhona parecía quebrarse —Pero logre
ocultar lo que buscaba— se hizo un largo silencio.
—¿Qué buscaba Rhona? — Pregunto Odar, dando voz a la pregunta que todos
se estaban haciendo.
—Información— todos se tensaron —Quiere saber todo sobre Covenant, no sé
por qué razón él nos odia— dijo ella.
—¿Nos odia? Pero ni siquiera sabíamos de su existencia— gruño Fergus.
—Para odiar a alguien hay que conocerlo y por lo que yo sé, a ese druida no le
hemos hecho nada—
—Fergus tiene razón— añadió Odar —Comprendo el odio de los humanos, pero
se supone que él es uno de los nuestros—
—Él quiere destruirnos— dijo Rhona, ella miró a cada uno, y después sus
ojos se clavaron en Lagan —Thomas solo estaba siendo utilizado por él. Mataste
al enemigo equivocado— Lagan se enderezo en toda su estatura.
—Mate al hombre que estaba dañando a mi compañera— aseguro Lagan, había
estado en su derecho de destruir esa amenazada —Jamás vi al druida, pero sé que
si hubiera tenido la oportunidad…. No sé si hubiera podido matar a uno de los
nuestros—
—Él no es de los nuestros— recalco Rhona.
—No sabíamos eso— intervino Kai —Siendo sincero, yo pensé que él estaba
siendo utilizado por el político humano. Tú estabas inconsciente para decirnos
lo contrario—
—Creo que fue mejor no encontrarlo— comento Vika —De haberlo hecho, como
dice Kai, creíamos que era una víctima, por ayudarlo lo habríamos traído aquí
y…—
—Hubiéramos metido al enemigo en casa— concluyo Odar la idea de Vika.
Lagan pensó que este nunca día llegaría. El día en que no podría confiar en uno
de los suyos. Incluso en Fergus, siempre discutían y estaban en contra la mayor
parte de las veces, pero, aun así, confiaba en el elfo.
—¿Qué vamos hacer? — pregunto Kai.
—Tenemos que buscarlo— afirmo Lagan —Con la poca información que nos
pueda dar Rhona y mi compañera podemos comenzar, Lily ha visto al druida, el
anciano Seamus está trabajando con ella para plasmar su rostro en un dibujo—
—Eso ya es un comienzo— asintió Kai.
—¿Lily se encuentra bien? — pregunto Rhona.
—Sí, está agotada y algo golpeada— Lagan apretó los puños al recordar
las innumerables contusiones de su mujer —Ella estaba preocupada por ti,
prácticamente la he tenido que retener en la cama para evitar que viniera a
buscarte— Rhona sonrió.
—Ella es una buena amiga— afirmo Rhona —Espero pronto poder visitarla—
Aunque ella no lo dijo en voz alta, todos sabían que la anciana Thara no le
permitía a Rhona salir del edificio, era por seguridad, no sabían si ese druida
seguía manteniendo control mental en ella o no. las brujas y los druidas habían
puesto protecciones y hechizos extras en esta zona por si acaso.
Durante la siguiente hora estuvieron planeando la estrategia, llegaron a
dos puntos importantes, primero que nada, era averiguar todo lo que pudieran de
ese druida, estaba claro que, aunque no conocían la fuente de su odio, Covenant
estaba en peligro, y aunque fuera un druida que se suponía era de su gente,
ellos tendrían que estar a la defensiva, si él era la amenaza que creían que
era… entonces esa amenaza debería de ser destruida.
A la segunda conclusión que llegaron fue que cabía la posibilidad que al
igual que ese druida hubiera más seres mágicos y paranormales esparcidos por el
mundo de los humanos. Podría ser que sí, podría ser que no. pero era importante
averiguar eso también. Decidieron organizar una búsqueda y comenzar con la
investigación. Todos estuvieron de acuerdo que Edom sería el candidato perfecto
para llevar a cabo la tarea y aunque el dragón no necesitaba ayuda para hacer
su trabajo se asignó a alguien del concejo para que colaborara directamente en
la misión. Kai, Odar y Fergus se disputaron la tarea. Pero al final la votación
recayó en Kai.
Estando todos de acuerdo, se retiraron para dejar descansar a Rhona, si
Lagan se ponía a repasar todos los pendientes que tenía a acumulados su trabajo
jamás terminaría. Agradecía a todos aquellos que le estaban ayudando por ahora.
Encontró a su compañera en la cocina junto con Jen, sonrió porque nada
más verlo entrar ella se apresuró hacia él. Gustosamente la tomó en brazos.
—No deberías de estar levantada— la reprendió, ella sonrió.
—Me siento bien, estoy cansada de estar en cama—
—Tu compañera es muy obstinada Lagan— dijo Jen —¿Cómo se encuentra
Rhona? — La anciana Thara no había permitido la visita de nadie. Era por
seguridad, todavía trabajan en descifrar lo que ese druida le había hecho a su
amiga. Hoy fue la excepción, a ellos se les permitió la entrada porque era
necesario.
—Ella manda saludos, se encuentra bien, está recuperando fuerza—
—¿Les dijo algo útil que los guie al druida? — pregunto Lily. Lagan no
podía guardar secretos con su compañera. Pero lo que habían discutido ante el concejo
era confidencial. Le contaría todo por supuesto, pero no con Jen aquí. muy
pocos sabían la condición del ataque que habían recibido y de parte de quien,
pero era poca información la que se había proporcionado. Al ser amiga de Rhona
y de Lily, Jen sabía a grandes rasgos a los que se enfrentaban, pero por
desgracia no podía darle más detalles por ahora.
—No quisimos presionarla, con el tiempo nos dirá lo que sabe— ambas
mujeres asintieron.
—Bueno, los dejo, tengo cosas que hacer— Jen se acercó a Lily y le dio
un fuerte abrazo después de marcho dejándolos solos.
—¿Seguro que Rhona estará bien? — Lagan le sonrió.
—Esta desconcertada, la tomó por sorpresa, pero ella es fuerte, estará
bien— Lily sonrió, no fue una sonrisa completa, pero la situación no era para
más, ambas habían pasado por momentos difíciles. Lagan corrió un nudillo por el
rostro de su mujer, la rabia llenándole cuando paso su dedo por la marca que
tenía en la mejilla, el moretón estaba desapareciendo, pero aun así sentía ira
cada que lo miraba.
—Estoy bien —le susurró Lily, su voz ronca por la necesidad. Miró hacia arriba,
sus ojos azules ardientes con las nubes de excitación, Lagan había aprendido a
amar y a asociar el brillo de sus ojos con el deseo de su pareja.
Lagan necesitaba reafirmar sus pretensiones en su mujer. Durante estos
días había luchado contra su demonio para no tocarla, ella necesitaba recuperarse,
pero Lily había sido tocada por otro hombre, y Lagan necesitaba alejar ese olor
y reemplazarlo con el suyo propio. Lagan tomó a su mujer en brazos y se dirigió
directamente a su habitación, cerró la puerta a sus espaldas y la dejó de pie
en el suelo. Sus manos fueron directas a sus pechos buscando los botones del
vestido veraniego que llevaba.
Su boca reclamó la de ella, devorándola con tan fiera pasión que Lily se
sentía profundamente poseída. Tórrida y exigente, su lengua golpeó sus labios
hasta que éstos se abrieron a él. Con un suspiro, ella se entregó a la
emocionante dicha de estar de nuevo en sus brazos. Transportada por su repentina oleada de
emoción, comprendió que no importaba lo que sucediese, o cuento tiempo
transcurriera, no habría manera en que ella dejara de amar jamás a Lagan.
El beso que él le dio fue dulce y profundo. Lily emergió de él con un
delicioso mareo, y se arqueó contra Lagan mientras él la acariciaba y exploraba
como si fuese la primera vez que la tocaba.
Gimió su nombre estrechándola tan estrechamente contra su cuerpo, que Lily
sintió como si fueran un solo cuerpo y una sola alma. Se perdió en el sabor de
él y sintió el calor de sus labios en ella, la sensual arremetida de su lengua
dentro de su boca que casi la deshizo de placer. Incapaz de encontrar la
voluntad para detenerle, se abandonó en sus brazos mientras él le desabrochaba
el vestido. Con un grito triunfal se lo bajo por los hombros y se quedó mirando
sus senos.
—Eres tan hermosa. Y eres mía, totalmente mía. Te amo, Lily— Allí estaba
de nuevo, las dulces palabras que jamás pensó escuchar.
—Tuve tanto miedo de perderte— aseguro. Era la verdad, estuvo aterrada
de jamás volver a verlo.
—Shhhh, estamos juntos, prometo protegerte mejor mi amor, a ti y
nuestros hijos— él puso una mano en su vientre —Ahora son lo más importante
para mí—Los labios de Lily temblaban de emoción. Si aquello era un sueño, no
deseaba despertar nunca.
—Te amo Lagan, siempre te amaré—Él gimió algo ininteligible y,
literalmente, desgarró las ropas que aún cubrían el cuerpo de ella, besando
cada pequeño fragmento de piel a medida que la exponía. Con los ojos vidriosos
de pasión, Lily enredó los dedos en su espesa cabellera y lo atrajo más hacia
ella. Lagan, con la boca cerrada sobre el turgente pezón, se lo chupó provocándole
una oleada de húmedo calor entre los muslos.
—No puedo soportarlo más—murmuró Lagan mientras la cogía entre sus brazos
y la tendía en la cama. Con una fascinada mirada fija en ella, se desprendió de
sus ropas y se tendió a su lado. Ella se retorció contra él, pasándole las
manos salvajemente por el cuello, los hombros, la espalda, las nalgas. Lagan se apoyó en sus codos y la besó fiera y
ávidamente, llenando las manos entre sus muslos y deslizando los dedos en su
humedad. Un grito brotó de los labios de Lily. Su cuerpo era pura sensación.
Sintió como si la sangre de sus venas se hubiera convertido en fuego líquido.
Consumida por la necesidad de darle tanto como recibía, Lily empujó suavemente
a Lagan poniéndolo de espaldas, con la mirada fija en su excitada
virilidad. Deseaba tocarlo, saborearlo,
complacerlo hasta que él gritase pidiendo misericordia. Mirando fijamente a sus
ojos dorados, Lily agachó lentamente la cabeza hasta tocar con la punta de la
lengua su pene reluciente. Él aspiró
intensamente mientras la observaba. Ella abrió la boca y lo tomó en su
interior. Lagan pronunció un juramento y se impulsó más adentro. Lily,
saboreando el gusto y el aroma de él, siguió atormentándole con la suave
fricción de su lengua. Lagan arqueaba la
espalda, respiraba trabajosamente, mientras con las manos le sujetaba los
costados y apretaba los dientes; parecía un hombre que agonizaba. Varios insoportables minutos después, cogió a
Lily y rodó situándose sobre ella.
—¡Cariño, me estás matando! — Ella levantó la cabeza y le sonrió.
—Deseo que te excites tanto conmigo como yo contigo—Lagan sonrió
pellizcándole un pezón. Él yacía sobre su estómago y se deslizó por su cuerpo
hasta reposar la cabeza entre sus muslos levantados. La abrió penetrando con la lengua en su
brillante hendidura. Lily sofocó un grito y enredó los dedos en sus cabellos. Lagan
buscó con su boca la pequeña prominencia entre los resbaladizos pliegues y la
lamió suavemente. A Lily se le escapó un
grito, una intensa sensación originada en el diminuto núcleo aumentaba y
amenazaba con estallar. Empujó las
caderas hacia adelante afirmando más la boca de él contra su centro. Lagan se
llenó las manos con sus nalgas, moviendo la lengua dentro y fuera de su
hendidura, arrastrándola vertiginosamente hacia el más absoluto placer. Lily
estalló en un estremecimiento glamoroso.
Lagan, hambriento, observó su rostro mientras ella se liberaba. Más
ardiente, con más dureza y más voraz por ella de lo que lo había estado nunca,
se colocó sobre su cuerpo y penetró en su interior. Lily separó las piernas y
arqueó las caderas para recibirlo, él sintió su dulce aliento rozándole la
mejilla mientras arremetía contra su cuerpo. Empujó más y más profundamente, a
cada acometida… éxtasis; cada retirada… pura agonía. Lily levantó las piernas y lo asió por las
caderas con firmeza. Él podía sentir la necesidad creciendo de nuevo en ella y
la demanda se intensificó asimismo en su interior.
—Lagan —balbuceó ella. Lagan flexionó las caderas y se introdujo más
profundamente, su control completamente desaparecido. El clímax de Lily provocó
el suyo, y la besó con todo el fervor y la intensidad de un hombre enamorado.
—Te amo, Lily —susurró mientras se retiraba y se instalaba a su lado.
Satisfecho y feliz, él la cogió entre sus brazos y permitió que por primera vez
en días la paz lo invadiera, su mundo era perfecto… por ahora.
Te felicito, me gusta mucho la historia y que bien que subiste los capítulos el fin de semana, espero ansiosa el de mañana. :)
ResponderEliminarMe encanta muy buena sigue porfa
ResponderEliminarCada vez me fascina más y más, gracias por tan excelente capítulo! :*
ResponderEliminarmuy bueno
ResponderEliminarQue bueno que todo terminó bien. Amo esta pareja; ojalá agarren al traidory lo hagan pedasos.
ResponderEliminarSin comentario amiga
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