domingo, 9 de julio de 2017

LAGAN 14

14


Lo que menos hubiera deseado Lagan en ese momento era separarse de su compañera, pero no pudo hacer nada por evitarlo, Rhona había despertado y era prioritario que hablaran con ella. Jen se había ofrecido para estar con ella. habían pasado dos días desde que todo el infierno se desato, y aunque Thomas estaba muerto y la situación estaba relativamente tranquila y el desastre del muro controlado. Lagan estaba en modo protector. Más aun por el peligro que acechaba. No habían podido encontrar rastros de ese druida, razón de más para hablar con Rhona.

Acompañado de los otros miembros del concejo. fueron guiados hacia el edificio del aquelarre de las brujas. Lagan jamás había entrado ahí, y sería un mentiroso si no admitiera que tenía curiosidad. Los cuentos humanos pintaban a las brujas como seres horribles, sucias, oscuras… nada más lejano a la verdad. El edificio estaba lleno de luz, plantas, alegría y paz. todos miraban su alrededor con asombro.
—Sera mejor que no toques eso Odar, o la anciana Thara será capaz de marchitar esas partes masculinas de las cuales estas tan orgulloso— Rhona los sobresalto, no la habían escuchado acercarse. Demasiado tarde llego su advertencia, la pieza de arte que Odar estaba a punto de tocar, resbalo. Se hubiera quebrado en millones de partes si Fergus no hubiera sido rápido en tomarlo.
—Fergus lo tiene en sus manos, que hagan lo que quieran con sus partes— todos rodaron los ojos ante la afirmación de Odar. Él con su característico humor se acercó a Rhona y sin importar las protestas de ella la abrazo y la beso.
—¡Deja de tocarme! Que se me hace que yo marchitare tus partes— Odar movió las cejas sugestivamente.
—Eso sería una lástima, mejor te muestro que tan bueno soy utilizando lo que tu sin contemplaciones quieres lastimar, si lo haces que sepas que estas dañando al género femenino. Se privarían de mi encanto— Vika llego a su lado y de dio un golpe en las costillas que hizo que a su amigo le faltara el aire. Todos rieron. Una vez que Vika lo hizo a un lado, ella abrazo a Rhona.
—¡Estoy feliz de verte! —
—Es la epidemia del abrazo ¿o qué? — todos podían ver que Rhona en realidad no estaba molesta. Por sobre la cabeza de Vika, su amiga los miró a cada uno. Lagan, Kai y Fergus, definitivamente no eran de abrazos. Menos Lagan. No ahora que tenía una pareja. No podía tolerar tocar a otra mujer.
—Yo te puedo besar si quieres— dijo Fergus.
—Intenta meter tu lengua en mi boca y no te doy garantías de que la recuperes— todos volvieron a reír. Esto era muy bueno para romper la tensión. Cuando al fin Rhona pudo despegar a Vika de su lado, los guio al salón. Era una hermosa sala llena de luz y colores. Aunque los sillones eran demasiado pequeños para ellos. Las brujas habían hecho sus muebles a medida. Lagan opto por quedarse de pie, Kai a su lado. No quería verse tan incómodo como Odar y Fergus estaban.
—Si no quieres hablar de esto ahora Rhona, nosotros lo comprendemos— Dijo Lagan, no quería presionar a su amiga. Ella le sonrió amablemente.
—No sé quién es— dijo ella —Es un druida, sentí su llamado, me engaño— ella miró sus manos —Al principio pensé que alguien de nuestro pueblo necesitaba mi ayuda, cuando descubrí que el llamado provenía de fuera de las salvaguardas ya era demasiado tarde— Rhona parecía avergonzada.
—Cielo, No podías adivinar las intenciones de ese druida— Vika la tomó de la mano para consolarla.
—No te culpes Rhona, creo que ninguno de nosotros hubiera podido suponer que un ser paranormal podría traicionarnos— Dijo Kai.
—Intente averiguar quién era y lo que deseaba… pero es muy fuerte— Rhona dijo frustrada.
—¿Te hizo algún daño? — pregunto Lagan. Siempre lo más importante para él, sería la salud de su gente. Rhona lo miró, aunque ella dijera lo contrario, parecía triste, desorientada, preocupada… y se arriesgaría a decir que su amiga tenía miedo.
—Doblego mi voluntad— La voz de Rhona parecía quebrarse —Pero logre ocultar lo que buscaba— se hizo un largo silencio.
—¿Qué buscaba Rhona? — Pregunto Odar, dando voz a la pregunta que todos se estaban haciendo.
—Información— todos se tensaron —Quiere saber todo sobre Covenant, no sé por qué razón él nos odia— dijo ella.
—¿Nos odia? Pero ni siquiera sabíamos de su existencia— gruño Fergus. —Para odiar a alguien hay que conocerlo y por lo que yo sé, a ese druida no le hemos hecho nada—
—Fergus tiene razón— añadió Odar —Comprendo el odio de los humanos, pero se supone que él es uno de los nuestros—
—Él quiere destruirnos— dijo Rhona, ella miró a cada uno, y después sus ojos se clavaron en Lagan —Thomas solo estaba siendo utilizado por él. Mataste al enemigo equivocado— Lagan se enderezo en toda su estatura.
—Mate al hombre que estaba dañando a mi compañera— aseguro Lagan, había estado en su derecho de destruir esa amenazada —Jamás vi al druida, pero sé que si hubiera tenido la oportunidad…. No sé si hubiera podido matar a uno de los nuestros—
—Él no es de los nuestros— recalco Rhona.
—No sabíamos eso— intervino Kai —Siendo sincero, yo pensé que él estaba siendo utilizado por el político humano. Tú estabas inconsciente para decirnos lo contrario—
—Creo que fue mejor no encontrarlo— comento Vika —De haberlo hecho, como dice Kai, creíamos que era una víctima, por ayudarlo lo habríamos traído aquí y…—
—Hubiéramos metido al enemigo en casa— concluyo Odar la idea de Vika. Lagan pensó que este nunca día llegaría. El día en que no podría confiar en uno de los suyos. Incluso en Fergus, siempre discutían y estaban en contra la mayor parte de las veces, pero, aun así, confiaba en el elfo.
—¿Qué vamos hacer? — pregunto Kai.
—Tenemos que buscarlo— afirmo Lagan —Con la poca información que nos pueda dar Rhona y mi compañera podemos comenzar, Lily ha visto al druida, el anciano Seamus está trabajando con ella para plasmar su rostro en un dibujo—
—Eso ya es un comienzo— asintió Kai.
—¿Lily se encuentra bien? — pregunto Rhona.
—Sí, está agotada y algo golpeada— Lagan apretó los puños al recordar las innumerables contusiones de su mujer —Ella estaba preocupada por ti, prácticamente la he tenido que retener en la cama para evitar que viniera a buscarte— Rhona sonrió.
—Ella es una buena amiga— afirmo Rhona —Espero pronto poder visitarla— Aunque ella no lo dijo en voz alta, todos sabían que la anciana Thara no le permitía a Rhona salir del edificio, era por seguridad, no sabían si ese druida seguía manteniendo control mental en ella o no. las brujas y los druidas habían puesto protecciones y hechizos extras en esta zona por si acaso.
Durante la siguiente hora estuvieron planeando la estrategia, llegaron a dos puntos importantes, primero que nada, era averiguar todo lo que pudieran de ese druida, estaba claro que, aunque no conocían la fuente de su odio, Covenant estaba en peligro, y aunque fuera un druida que se suponía era de su gente, ellos tendrían que estar a la defensiva, si él era la amenaza que creían que era… entonces esa amenaza debería de ser destruida.
A la segunda conclusión que llegaron fue que cabía la posibilidad que al igual que ese druida hubiera más seres mágicos y paranormales esparcidos por el mundo de los humanos. Podría ser que sí, podría ser que no. pero era importante averiguar eso también. Decidieron organizar una búsqueda y comenzar con la investigación. Todos estuvieron de acuerdo que Edom sería el candidato perfecto para llevar a cabo la tarea y aunque el dragón no necesitaba ayuda para hacer su trabajo se asignó a alguien del concejo para que colaborara directamente en la misión. Kai, Odar y Fergus se disputaron la tarea. Pero al final la votación recayó en Kai.
Estando todos de acuerdo, se retiraron para dejar descansar a Rhona, si Lagan se ponía a repasar todos los pendientes que tenía a acumulados su trabajo jamás terminaría. Agradecía a todos aquellos que le estaban ayudando por ahora.
Encontró a su compañera en la cocina junto con Jen, sonrió porque nada más verlo entrar ella se apresuró hacia él. Gustosamente la tomó en brazos.
—No deberías de estar levantada— la reprendió, ella sonrió.
—Me siento bien, estoy cansada de estar en cama—
—Tu compañera es muy obstinada Lagan— dijo Jen —¿Cómo se encuentra Rhona? — La anciana Thara no había permitido la visita de nadie. Era por seguridad, todavía trabajan en descifrar lo que ese druida le había hecho a su amiga. Hoy fue la excepción, a ellos se les permitió la entrada porque era necesario.
—Ella manda saludos, se encuentra bien, está recuperando fuerza—
—¿Les dijo algo útil que los guie al druida? — pregunto Lily. Lagan no podía guardar secretos con su compañera. Pero lo que habían discutido ante el concejo era confidencial. Le contaría todo por supuesto, pero no con Jen aquí. muy pocos sabían la condición del ataque que habían recibido y de parte de quien, pero era poca información la que se había proporcionado. Al ser amiga de Rhona y de Lily, Jen sabía a grandes rasgos a los que se enfrentaban, pero por desgracia no podía darle más detalles por ahora.
—No quisimos presionarla, con el tiempo nos dirá lo que sabe— ambas mujeres asintieron.
—Bueno, los dejo, tengo cosas que hacer— Jen se acercó a Lily y le dio un fuerte abrazo después de marcho dejándolos solos.
—¿Seguro que Rhona estará bien? — Lagan le sonrió.
—Esta desconcertada, la tomó por sorpresa, pero ella es fuerte, estará bien— Lily sonrió, no fue una sonrisa completa, pero la situación no era para más, ambas habían pasado por momentos difíciles. Lagan corrió un nudillo por el rostro de su mujer, la rabia llenándole cuando paso su dedo por la marca que tenía en la mejilla, el moretón estaba desapareciendo, pero aun así sentía ira cada que lo miraba.
—Estoy bien —le susurró Lily, su voz ronca por la necesidad. Miró hacia arriba, sus ojos azules ardientes con las nubes de excitación, Lagan había aprendido a amar y a asociar el brillo de sus ojos con el deseo de su pareja.
Lagan necesitaba reafirmar sus pretensiones en su mujer. Durante estos días había luchado contra su demonio para no tocarla, ella necesitaba recuperarse, pero Lily había sido tocada por otro hombre, y Lagan necesitaba alejar ese olor y reemplazarlo con el suyo propio. Lagan tomó a su mujer en brazos y se dirigió directamente a su habitación, cerró la puerta a sus espaldas y la dejó de pie en el suelo. Sus manos fueron directas a sus pechos buscando los botones del vestido veraniego que llevaba.
Su boca reclamó la de ella, devorándola con tan fiera pasión que Lily se sentía profundamente poseída. Tórrida y exigente, su lengua golpeó sus labios hasta que éstos se abrieron a él. Con un suspiro, ella se entregó a la emocionante dicha de estar de nuevo en sus brazos.  Transportada por su repentina oleada de emoción, comprendió que no importaba lo que sucediese, o cuento tiempo transcurriera, no habría manera en que ella dejara de amar jamás a Lagan.
El beso que él le dio fue dulce y profundo. Lily emergió de él con un delicioso mareo, y se arqueó contra Lagan mientras él la acariciaba y exploraba como si fuese la primera vez que la tocaba.  Gimió su nombre estrechándola tan estrechamente contra su cuerpo, que Lily sintió como si fueran un solo cuerpo y una sola alma. Se perdió en el sabor de él y sintió el calor de sus labios en ella, la sensual arremetida de su lengua dentro de su boca que casi la deshizo de placer. Incapaz de encontrar la voluntad para detenerle, se abandonó en sus brazos mientras él le desabrochaba el vestido. Con un grito triunfal se lo bajo por los hombros y se quedó mirando sus senos.
—Eres tan hermosa. Y eres mía, totalmente mía. Te amo, Lily— Allí estaba de nuevo, las dulces palabras que jamás pensó escuchar.
—Tuve tanto miedo de perderte— aseguro. Era la verdad, estuvo aterrada de jamás volver a verlo.
—Shhhh, estamos juntos, prometo protegerte mejor mi amor, a ti y nuestros hijos— él puso una mano en su vientre —Ahora son lo más importante para mí—Los labios de Lily temblaban de emoción. Si aquello era un sueño, no deseaba despertar nunca.
—Te amo Lagan, siempre te amaré—Él gimió algo ininteligible y, literalmente, desgarró las ropas que aún cubrían el cuerpo de ella, besando cada pequeño fragmento de piel a medida que la exponía. Con los ojos vidriosos de pasión, Lily enredó los dedos en su espesa cabellera y lo atrajo más hacia ella. Lagan, con la boca cerrada sobre el turgente pezón, se lo chupó provocándole una oleada de húmedo calor entre los muslos.
—No puedo soportarlo más—murmuró Lagan mientras la cogía entre sus brazos y la tendía en la cama. Con una fascinada mirada fija en ella, se desprendió de sus ropas y se tendió a su lado. Ella se retorció contra él, pasándole las manos salvajemente por el cuello, los hombros, la espalda, las nalgas.  Lagan se apoyó en sus codos y la besó fiera y ávidamente, llenando las manos entre sus muslos y deslizando los dedos en su humedad. Un grito brotó de los labios de Lily. Su cuerpo era pura sensación. Sintió como si la sangre de sus venas se hubiera convertido en fuego líquido.
Consumida por la necesidad de darle tanto como recibía, Lily empujó suavemente a Lagan poniéndolo de espaldas, con la mirada fija en su excitada virilidad.  Deseaba tocarlo, saborearlo, complacerlo hasta que él gritase pidiendo misericordia. Mirando fijamente a sus ojos dorados, Lily agachó lentamente la cabeza hasta tocar con la punta de la lengua su pene reluciente.  Él aspiró intensamente mientras la observaba. Ella abrió la boca y lo tomó en su interior. Lagan pronunció un juramento y se impulsó más adentro. Lily, saboreando el gusto y el aroma de él, siguió atormentándole con la suave fricción de su lengua.  Lagan arqueaba la espalda, respiraba trabajosamente, mientras con las manos le sujetaba los costados y apretaba los dientes; parecía un hombre que agonizaba.  Varios insoportables minutos después, cogió a Lily y rodó situándose sobre ella.
—¡Cariño, me estás matando! — Ella levantó la cabeza y le sonrió.
—Deseo que te excites tanto conmigo como yo contigo—Lagan sonrió pellizcándole un pezón. Él yacía sobre su estómago y se deslizó por su cuerpo hasta reposar la cabeza entre sus muslos levantados.  La abrió penetrando con la lengua en su brillante hendidura. Lily sofocó un grito y enredó los dedos en sus cabellos. Lagan buscó con su boca la pequeña prominencia entre los resbaladizos pliegues y la lamió suavemente.  A Lily se le escapó un grito, una intensa sensación originada en el diminuto núcleo aumentaba y amenazaba con estallar.  Empujó las caderas hacia adelante afirmando más la boca de él contra su centro. Lagan se llenó las manos con sus nalgas, moviendo la lengua dentro y fuera de su hendidura, arrastrándola vertiginosamente hacia el más absoluto placer. Lily estalló en un estremecimiento glamoroso.
Lagan, hambriento, observó su rostro mientras ella se liberaba. Más ardiente, con más dureza y más voraz por ella de lo que lo había estado nunca, se colocó sobre su cuerpo y penetró en su interior. Lily separó las piernas y arqueó las caderas para recibirlo, él sintió su dulce aliento rozándole la mejilla mientras arremetía contra su cuerpo. Empujó más y más profundamente, a cada acometida… éxtasis; cada retirada… pura agonía.  Lily levantó las piernas y lo asió por las caderas con firmeza. Él podía sentir la necesidad creciendo de nuevo en ella y la demanda se intensificó asimismo en su interior.
—Lagan —balbuceó ella. Lagan flexionó las caderas y se introdujo más profundamente, su control completamente desaparecido. El clímax de Lily provocó el suyo, y la besó con todo el fervor y la intensidad de un hombre enamorado. 

—Te amo, Lily —susurró mientras se retiraba y se instalaba a su lado. Satisfecho y feliz, él la cogió entre sus brazos y permitió que por primera vez en días la paz lo invadiera, su mundo era perfecto… por ahora. 

6 comentarios:

  1. Te felicito, me gusta mucho la historia y que bien que subiste los capítulos el fin de semana, espero ansiosa el de mañana. :)

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  2. Cada vez me fascina más y más, gracias por tan excelente capítulo! :*

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  3. Que bueno que todo terminó bien. Amo esta pareja; ojalá agarren al traidory lo hagan pedasos.

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